Efecto Estocolmo: Capítulo final.
- Lirio:
Al levantarme tenía una
amarga sensación en el cuerpo, a mi lado Hiro estaba mirando el
techo algo distraído, como si no pasara nada raro, aunque estaba
nerviosa y eso se notaba en mi postura, y que me removía incómoda
en el asiento. Después de aquel extraño sueño, tenía la necesidad
de hablárlo con alguien, que la otra persona me tranquilizara
diciéndome que tan sólo había sido un sueño, pero... en ese
momento tenía miedo. Desde pequeña, había tenido la absurda
creencia que si decía las cosas malas que tenía, se volverían
realidad. Y por muy infantil que sonará, no dije nada. Le miré y
deseé entrar en su cerebro, encontrar el motivo de su inquietud y
tener ciega confianza que el no tendría nada que ver, en lo que
fuera que ocurriría. Porque después de todo... sabía que iba a
ocurrir.
Habíamos salido de la ciudad
totalmente, tan sólo se veía campo, árboles y algún coche en la
carretera. Miraba por la ventana, deseando encontrar alguna señal en
el camino que me dijera, que lo ocurriría lo haría ya. Era esa
amarga sensación, cuando sabes que algo va a pasar, pero no sabes
cuando, por lo que la angustia te va comiendo interiormente poco a
poco.
Cerraba y abría los puños,
negaba con la cabeza y miraba a los dos otros hombres sospechosos. A
cada minuto que pasaba, sabía que esos tendría la culpa de todo.
Podía llamar a la policía, avisar de que algo pasaría pero...
¿Cómo me creerían? Era consciente que era bastante lunática y
fatalista, pero sabía diferenciar un ataque de pánico que algo
real. Y algo realmente malo iba a pasar. Uno de los hombres miró a
Hiro, sonrió con sutileza y volvió a su posición inicial, el jadeó
y se movió inquieto. Quizás el era el criminal más peligroso de la
historia, pero aún así le sujeté la mano y le susurré al oído
que todo saldría bien, aunque no estuviera segura de qué era lo que
iba a salir bien.
Un cartel en la carretera
avisaba que faltaban menos de dos horas para llegar a Nagoya, nuestro
destino, cuando la televisión del autobús se encendió y comenzaron
a dar las noticias. Un reportero bastante angustiado miraba a la
pantalla, y comentaba que un grupo de ladrones habían asaltado un
autobús sin que nadie se diera cuenta, y que dentro de sus maletas
habían cinco bombas pequeñas, y que al llegar a su destino
explotarían. La gente del autobús se comenzó a mirar nerviosos,
abrieron sus maletas y suspiraron al ver que en la suya no había
nada extraño, pero de todos ellos solo los dos hombres sospechosos y
Hiro no lo hicieron. Tragué saliva y le miré asustada. Sonrió con
increíble dolor, me beso en la frente y susurró Todo saldrá
bien, te lo prometo. ¿Cómo podía prometer algo que no estaba
seguro de saldría bien? Quería gritar, detener el autobús y
salvarme la vida, o como mínimo intentar hacerlo, pero estaba helada
en el asiento, con todos los músculos entumecidos y con un extraño
nudo en el estómago.
A lo lejos se veía los
primeros edificios de Nagoya, pero nadie del autobús parecía ser
consciente de lo que ello significaba. Tenía la frente llena de
sudor, el corazón encogido en el pecho y estaba plenamente segura,
que le había roto la mano a Hiro, pero el tan sólo me sujetaba la
mano, de forma relajada y hablándome de cosas insustanciales. Nos
detuvimos en una gasolinera, bastantes personas se bajaron, incluidas
las dos personas sospechosas, Hiro se quedó a mi lado, hablándome
con lentitud, suavidad y dándome instrucciones totalmente claras...
- Hay una parada anterior a la estación, ahí se bajará la mayoría de pasajeros...y tú te bajaras también.
No dijo nada más, tampoco
dio más detalles. El autobús poco a poco comenzó a llenarse de la
gente, y luego arrancó. Sentía como las agujas de mi reloj pasaban,
y a medida que íbamos llegando a la estación dicha era como si el
tiempo se detuviera. Los pasajeros comenzaron a bajar sus maletas, a
comentar cosas con los otros y así sucesivamente. Hiro bajó la mía,
me la dio y beso en los labios...
- Quiero un Lirio. ¿Vale?
No entendí lo que quería
decirme, pero cuando llegamos a la parada, me empujó fuera del
autobús, cuando la mayoría de personas se bajaron, se asomó por la
ventana, me guiñó un ojo y despidió con la mano...
El corazón me latía tan
rápido que no escuche la explosión; tan sólo vi como el autobús
se alejaba y cuando estaba a unos pocos metros... todo explotó.
Me dolía la cabeza, sentía
como si la piel me ardiera y el corazón se me aplastaba sobre el
pecho. Abrir los ojos fue algo terriblemente doloroso. A mi lado, con
el rostro pálido, y lloroso se encontraba mi padre, sujetándome la
mano con fuerza mientras su mujer dormía aovillada en el sofá. Al
verme despertar comenzó a hablar, pero tan sólo oía ruidos y un
fuerte pitido. Pedí que se callaran, encendí la televisión sin
decir nada y puse las noticias...
“ El
autobús secuestrado por tres ladrones explotó a las ocho y media de
la tarde, en la explosión murieron los tres criminales y cuatro
pasajeros más. Uno de los ladrones, era conocido como el mejor
estudiante de la Todai...”
La noticia seguía, pero en
algún momento dejé de escuchar. Lloré. Me retorcía de dolor,
mientras cientos de imágenes de Hiro se me cruzaban por la mente, el
sonriendo, el preocupado... todo el. No quise tranquilizantes cuando
el doctor llegó, tampoco abrazos ni palabras de consuelo. Sólo
quería llorar... y no parar jamás.
El cementerio estaba vacío
esa mañana, pero repleto de flores en cada tumba. Camine vestida de
negro, hasta llegar a una lápida. Ésta no tenía flores, ni
cartas... tan sólo dibujos obscenos e insultos. Nadie había
limpiado, ni tenido consideración hacia ese difunto.
Dejé el cubo con agua y lo
comencé a limpiar, con cuidado, lentitud y llorando. A mi espalda
escuché como la gente farfullaba enfadados, pero no me importaba. Al
terminar de limpiarla, deposite al lado del nombre, dos lirios.
Derramé las últimas lágrimas amargas y me marché.
No tenía nada más que hacer
ahí, pero si mucho que agradecer. Le prometí a la tumba, que
volvería el año siguiente... y eso pensaba hacer.
Después de todo, nadie
recordaría a un criminal... pero yo si.
Fin
¿Cómo has podido matarle de forma tan cruel? T eodio... ¬¬
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