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Perche ti amo: Capítulo 2

Capítulo 2: Aún seguía con la mirada puesta en la puerta, a pesar que hacía tiempo que él se había marchado. Sentía como cada músculo de su cuerpo se contraía y una especie de calor se arrinconaba en un lugar poco conocido. Sentía que las mejillas le ardían y un pequeño latido le comenzaba desde el pubis. Se mordió el labio, cerró los muslos y arregañadientes se concentro en encontrar las diferentes tonalidades del colacao en su taza. No fue hasta unos minutos después que pudo separar los muslos y suspirar tranquila, cuando una voz aguda le llamaba desde fuera del bar. Tanto los clientes como los propietarios la miraron con diversión, esperando que ocurriera la escena de cada mañana. Fue muy tarde para huir, cuando se levantó de la silla para esconderse en su habitación. Una mujer de cabellos rosas cortos, ojos verdes y una sonrisa un poco tenebrosa la miraba desde el marco de la puerta. Al ver a su amiga, supo que había perdido la batalla antes incluso de empezarla. Sin mucha fu

Perche ti amo

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Nombre: Perche ti amo Serie: Naruto Pareja: Hinata x Itachi Disclaimer: Naruto y sus personajes no me pertenecen. Si quieren utilizar el argumento del Fic, por favor pídanlo o pongan créditos.                           Perche ti amo Pensamiento: Estaba equivocada. Siempre lo había estado, y por mucho que le doliera admitirlo, la fantasía se había acabado. Todos, incluso su familia casi ausente, sabían que esa relación era falsa. Lo único que los mantenía unidos, era esa dilatación a lo inminente. Algo que duraría tan poco como un suspiro, pero que la dejaría tan marcada como una cicatriz.

Capítulo final

Abierto: Los años pasan, pero ese bar sigue abierto a pesar de todos los cambios del mundo. Esa esquina oscura, en un barrio poco concurrido y con un cartel discreto. Un bar donde nacieron muchas historias y murieron muchos sueños. Ese lugar donde el amor se concentra y explota, ese lugar donde las penas se transforman en alegrías y las lágrimas se callan con vino. Un lugar dónde puedes entrar como una persona y salir como otra... Los propietarios salen de su casa, con las manos entrelazadas y soportando el frío del invierno. A pesar de que nevó por la noche y que predicen tormenta ellos salen una vez más. Deben ir a su lugar de trabajo, donde más sueños e ilusiones les esperan y ellos siempre con una sonrisa y una buena taza de café o alcohol les reciben. Lo que el clienta prefiera. Porque después de todo, el cliente siempre tiene la razón.

Explosión

Explosión: La televisión está encendida y los propietarios la miran con interés. A pesar de que el bar está repleto de personas, parece que nadie le interesa pedir su comanda. Toda la atención está puesta en lo que cuenta una mujer regordeta, de cabellos finos rizados y una voz algo nasal. “Un autobús ha sido secuestrado por un grupo de personas, por los momentos no se conocen sus identidades pero nos han informado que todos los pasajeros están a salvo.” La tensión en el bar se palpa en el ambiente. Algunas personas susurran algo, pero nadie es realmente capaz de decir sus pensamientos en voz alta. La mayoría son clientes habituales, todos se conocen, han llorado, reído y sufrido juntos. Por lo que todos saben, que en ese autobús está él. Ese joven de mirada triste y manos temblorosas. “¡Las cosas han cambiado!” Grita la mujer rechoncha después de pasar a otras noticias que a nadie le importan. “ ¡El autobús se ha detenido en un pueblo! Varias personas se han bajado” Durante un min

La última copa

La última copa El reloj marca las diez, la hora exacta para que ella aparezca entre las puertas del bar, ebria de dolor y deseosa que el alcohol le ayude a olvidarse de la miseria de su vida. Sonrieron cuando la nombrada entró, corrió hasta ocultarse en el baño y segundos después, ya estaba sentada en su silla habitual exigiendo una copa. Tanto ella, como los propietarios saben que esa no será la única. Lo normal era que bebiera hasta que se quedara dormida en la barra, pero ese día parece diferente. “ Es la última vez que bebo” le informó a uno de ellos “ A partir de mañana cambiaré de vida. Haré lo correcto.” Después de decir eso se lleva la copa a los labios y vacía el contenido en pocos segundos. Eructa con delicadeza y mira con cierta tristeza el vaso con la espuma de la cerveza. “Has dicho que sería la última” le recuerda uno de ellos. “ Sólo una más” sonríe y no puede no ponerle otra más. La barra está llena de vasos, pero tan sólo hay cuatro que realmente les preocupa. Ella

Caricias

Caricias: Uno de ellos sostiene una cámara en las manos, mientras el otro con el ceño fruncido niega con la cabeza. No esta bien lo que hacen, jamás había estado bien. Desde el primer momento que esa criatura había entrado, debía haber hecho algo, pero ahora hacer algo era una crueldad. “ No puedo darte lo que quieres, Katherine ” lograron oír algo que decía un hombre alto, con cabello gris. “ Me basta con esto ” la chica de cabellos castaños se acerca al hombre y apoya su cabeza en el hombro. Ambos suponen que sentados en el banco se están cogiendo las manos. Suspiran, pero uno de ellos no deja de grabar la escena. Cuando los dos vuelven al bar, todo esta oscuro. Esa noche esta cerrado, no hay clientes porque los únicos que habían están afuera, susurrándose palabras de amor y manteniendo su amor en secreto. Un secreto en voz alta.

Una luna para dos: Capítulo Final

7. Orden: Desde el primer día que puse el pie en el nuevo hospital, supe que no estaría del todo tranquila. Era una sensación que comenzaba a subir a medida que pasaban las horas. Podía decir que estaba plenamente segura, que la felicidad que buscaba no estaba en ese lugar, pero tampoco me iba a rendir tan fácilmente. Había pasado años enamorada de un hombre que no me amaba, años engañando a personas que quería y años mintiéndome a mi misma, por miedo e inseguridades. Ahora, estaba en un nuevo ambiente, que a decir verdad no era del todo cómodo, pero nadie me conocía, nadie a excepción de Will, conocían mi pasado y podría abrirme camino poco a poco... Los compañeros de trabajo eran personas bastante cerradas. A decir verdad, todos los empleados parecían bastante reacios a dejarme entrar en su círculo, por lo que muchas veces me veía delegada a una esquina del office. Al principio me dolía, pero cuando iban pasando los días comencé a sentirme tranquila. No era lo que buscaba, pero tampo