Deseos Del Pasado
Protagonistas: Joseph Morgan (Klaus en
“The Originals”) y Candice Accola (Caroline en “Crónicas
Vampíricas”).
UA: No tiene nada que ver con la
realidad.
Estado: Semana de Joseph Morgan.
Cap.1 El secreto mejor guardado...
Joseph me miraba desde la esquina de la
sala. Habían pasado dos años desde la última vez que nos habíamos
visto. El mejor amigo de mi padre: Joseph Morgan,33 años,rubio,ojos
profundos y una sonrisa tan tierna como mortífera. Joseph y
yo,habíamos tenido grandes momentos a escondidas. Había sido el
primer hombre que me había tocado,el primer hombre que había sabido
lo que necesitaba en todo momento,pero esa felicidad duró poco.
Él,no era para mi...
-Candice... -Se acerca a mi de forma
cautelosa.
-Joseph. -Digo con la voz tan áspera y
seductora que creo que hasta mi padre se ha dado cuenta.
-Estás preciosa. -Me besa la mano. Su
voz suena aterciopelada,parece un felino a punto de saltar a la
yugular de su presa.
-Pues tú estás mas viejo. -Digo
carraspeando e intentando no caer en sus redes otra vez.
-Pero con los años mejoro. -Me guiña
el ojo y se va con mi padre.
Estábamos en una fiesta de fin de año.
Nosotros no lo celebrábamos como la gente normal,la gente normal la
pasaba con su familia,frente al televisor,esperando que diesen las
uvas e intentando no atragantarnos con ellas. Ese año era
distinto,nuestro enorme salón,parecía pequeño con tanta gente. Mi
padre había invitado a todos sus empleados y la gente había venido
de etiqueta,solo para un rato agradable con el jefe y hacerles la
pelota. Intenté esconderme,pero Joseph vigilaba cualquier movimiento
que hacía.
Dos años antes,me habría parecido
adorable,pero en ese instante,solo quería matarle. Me había hecho
mucho daño. Tanto,que no quería que volviese a mirarme. Se había
acostado con mi mejor amiga. Aunque tampoco tenía nada que
reprocharle,puesto que él dejó las cosas claras: Solo íbamos a
acostarnos,nada mas. Y aunque al principio yo intentaba verlo como
algo normal,me había enamorado de él. Mi mejor amiga lo sabía,pero
aun así,se acostó con él y los pillé en mi propia casa. Esa
imagen de verlos desnudos,no desaparecía de mi mente,por mucho que
lo intentase. Armé un escándalo cuando los vi,pero yo sabía cuales
eran las condiciones de Joseph,por lo que di por terminado,lo que
fuera que tuviésemos. Lo que Joseph no sabía,era que yo me había
callado algo que el anhelaba con todas sus fuerzas a pesar de ser un
playboy: tener un bebé. Y yo... De no ser por el disgusto que me
llevé al verlos en la cama,no habría sufrido lo que sufrí. Mi
bebé,su hijo,no había llegado ni al segundo mes de gestación.
Durante meses estuve deprimida. Nadie
sabía que me pasaba,pero todos me apoyaron. Mi secreto estaba a
salvo conmigo. Nadie sabría nunca que ese bebé había existido. Ni
siquiera él...
Joseph caminaba saludando a todos los
empleados. Todos lo adoraban,ya que era el jefe de personal y siempre
era atento con la gente a su cargo,pero solo con verle,se me revolvía
el estómago. Los recuerdos volvían y eran dolorosos...
-¿Te encuentras mal? -Se acerca.
-Estoy perfectamente. -Digo con la
mejor de mis sonrisas,aunque mas falsa que un caballo disfrazado de
unicornio.
-Conozco esa mirada. -Dice
poniéndose serio.- Algo te duele.
-Solo
con verte ya tengo ganas de vomitar. -Digo sin reparos. No
deberías conocerme tan bien...-No
me apetece estar en la misma sala donde estás tú. Discúlpame.
-Digo agarrándome el vestido para poder caminar.
-Candice,espera.
-Pone la mano contra la pared impidiéndome el paso.- Creo que...
Tenemos que hablar. Te... Te debo una disculpa.
-No me
debes nada,Morgan. -Lo miro con dolor. ¡Joder! ¡Deja que
me vaya y no estaré mal! -Tú y
yo,nunca hemos tenido nada que ver. ¿Recuerdas? -Lo mira con
significado.
-E...Esto...- Se
queda callado recordando que esas fueron las mismas palabras que él
me dijo cuando lo encontré en la cama con mi mejor amiga. -Lo
siento. No quería molestarte. -Dice quitando la mano y dejándome
pasar.
Tras la
fiesta,todos los invitados se fueron,borrachos,llenos y satisfechos
con la comida. Todos,excepto Joseph. Saber que ese hombre iba a estar
bajo el mismo techo que yo,era como si me metiesen en una cárcel con
cristales en el suelo para no poder salir de mi habitación. Eran las
cinco de la mañana y me sentía prisionera en mi propia habitación.
Dieron las seis y las siete y seguía dando vueltas en la cama. Hasta
que la puerta se abrió sin que nadie llamase y Joseph entró...
Pero... ¿Estaba dormido?
Vaya, si fuera yo le daría un severo golpe en toda la cara. Desde luego este Joseph...
ResponderEliminar¿Qué pasará?
Más más