Princesa: Capítulo 2
Capítulo 2:
Las callejuelas se quedaban
a oscuras a medida que iban caminando entre ellas. La lluvia empapaba
sus ropas, haciendo que sus movimientos fueran cada vez más
costosos, pero no por ello detenían su marcha. Ninguno decía nada,
con las manos cogidas y atravesando calles silenciosas. De vez en
cuando, ella giraba la cara y le sonreía divertida. Él las otras,
le daba un pequeño tirón en la mano y la recostaba sobre la fría
pared de piedra, depositaba sus labios sobre los de ella y descubría
nuevos sabores cada vez que la besaba.
La puerta de su apartamento
golpeó en la pared cuando entraron envueltos en un acalorado abrazo.
Mientras las manos de él recorrían su espalda, ella tan sólo le
besaba capturando cada parte de la esencia de ese hombre. Nunca se
había sentido tan expuesta y entregada a nadie. No se consideraba
una mujer de impulsos, pero desde el primer momento que lo vio, supo
que toda su resistencia y cabeza, terminarían en lo más hondo de
los canales de su ciudad.
No se separaron para
encender la luz, y mucho menos para encender la calefacción. A cada
paso que daban, se volvían una masa de cuerpos y jadeos mientras
iban arrancando con desespero la ropa que cubría la piel del otro.
Cuando estaban desnudos se quedaron mirándose. Las palabras
sobraban, pero fue un minuto intenso como si aquello fuera la
celebración de un nuevo inicio. Él se acercó a ella, le pasó el
dedo índice entre los pechos hasta detenerte sobre su pubis, le
avisó con los ojos e introdujo el dedo buscando el calor y la
esencia que emanaba de sus labios. Abrió los labios para soltar un
gemido, pero el volvió a besarla y la recostó en la cama, sin sacar
los dedos de lo más íntimo de su ser. A medida que el ritmo de sus
dedos iban aumentado, iba sintiendo como todos su músculos se fueron
contrayendo avisándola que iba a explotar en breves. Unos minutos
antes de que llegara al climax saco lo dedos e introdujo su pene. No
supo en que momento se puso el condón, pero sentirlo penetrándola
con tanta dulzura y ceremonia, hizo que esa laguna en su mente dejara
de importar. Rodeó los brazos en torno de su cuello y levantó las
caderas, intentando introducir todo su pene hasta tocarle las paredes
de la vagina y el tope. El estallido de placer rompió en el mismo
momento para los dos. Algo extraño y mágico como la misma ciudad.
Sentía como las manos de él
subían y bajaban de forma despistada por su espalda, la piel se le
erizaba, quería moverse pero temía que si lo hacía, alertara a
Cosimo y cambiara aquella expresión calmada y tranquila. Tuvo la
sensación que ese era el primer momento de paz que había tenido en
mucho tiempo.
- Si se enterarán, sería todo un escándalo.- murmuró él cuando notó que le miraba con curiosidad. Sin dejar de acariciarla se giró para clavarle sus ojos oscuros.- No soy una persona como cualquiera...- explicó con los ojos cansados.- No suelo...
Ella le tapó los labios con
el dedo índice, sonrió y se acurrucó en su pecho. Cerró los ojos
y se dejó mecer por el ronroneo de la lluvia y las tiernas caricias
de su amante. Sabía que en algún momento tendrían que hablar de lo
que había ocurrido. Después de todo, era dos desconocidos que
habían compartido una conexión mística. No estaba del todo segura
si se arrepentiría al día siguiente, pero algo le decía que si era
con él, lo repetiría tantas veces hasta que su cuerpo se quedara
sin líquido para saciarlo.
Era extraño oír en esa
época de año a los pájaros, pero parecía como si una pareja de
aves se hubiera posado en su ventana, para dedicarles una tierna
canción y hacerles despertar del bello sueño que estaban teniendo.
Al abrir los ojos y verlo acostado a su lado, con el cabello revuelto
y los ojos cerrados, no supo exactamente que sentimiento tener.
¿Emoción o sorpresa?¿miedo
o rabia? Se quedó durante
un largo rato observándole, hasta que un mechón de su cabello le
molestó y abrió los ojos poco a poco. No pudo evitar reír al
comprobar que él había tenido la misma pregunta en ese momento.
Avergonzado se incorporó y se sentó, observando con detenimiento el
cuerpo desnudo de ella. Amplió la sonrisa cuando llegó a sus
labios, se acercó y le beso. A diferencia de los anteriores, en esos
no había deseo físico, era una exigencia que se alejaba de
cuestiones de razón. Como había hecho horas atrás le correspondió,
deseando que a través de aquellos roces, pudiera conocerlo cada vez
más.
En silencio salieron del
apartamento, él con las mismas ropas del día anterior, ella con un
uniforme nuevo y el cabello recogido en una sencilla coleta. No tenía
energía ni paciencia para ponerse delante del espejo para domar su
cabellera. Normalmente lo haría, pero con los ojos de cazador de
Cosimo, sabía que si alargaba más ese momento, terminaría
nuevamente sin ropas y con la lengua de él en lo más hondo de su
ser. No había conocido nunca a un hombre, que sintiera tal necesidad
de invadir con su boca su vagina. En cierto modo no lo consideraba
una necesidad en sus parejas, pero cada vez que la lengua de Cosimo
tocaba su clitoris o rozaba el borde de su labio, perdía la razón y
su cuerpo tan sólo pedía más.
Con las manos agarradas
cruzaron una Venecia tranquila, con el suelo mojado y un cielo
despejado. Al llegar a la Plaza de San Marcos, los dos se miraron y
al momento supo que debía dejarlo marchar. Cuando soltó su mano,
sintió como un peso se le alojaba en el centro del pecho, como sus
pulmones decidían detenerse y una angustia desconocida le invadía
el cuerpo. Quería volver a cogerle la mano y seguir con esa cadena
extraña de fantasías, pero debía dejarlo ir. Lo único que le
consoló fue ver como en el rostro de él, se debatía la misma
batalla y que no era la única que sufría esa separación.
Algo en su mirada antes de
subirse a una pequeña barca, le dio a entender que él vendría a
por ella, y que tan sólo debía esperar. Aunque no sabía si lo
haría.
¡Me gusta, me gusta! Esa conexión que no necesita palabras y se dicen todo es simplemente, maravillosa. Me causa curiosidad Cosimo.
ResponderEliminarSigo leyendo
Bye!
¡Si! Ojalá pudiera sentir alguna vez esa...conexión mágica.
Eliminar¡Me gusta que te guste!
:D