Traición: Capítulo 4
Capítulo 4:
En algún momento su mundo se había
detenido. Todo lo vivido junto a él pasaba delante de sus ojos como
viejas fotografías, haciendo que lo vivido fuera aún más real, y
precisamente por eso aún más doloroso. A pesar de que su tiempo de
duelo había finalizado, simplemente no podía pasar página de su
hermoso cuento de hadas. Era como si algo la estuviera manteniendo
inmóvil en ese capítulo, como si algo realmente importante fuera a
pasar. Una parte de su cerebro iluso, pensaba que él pensaría y
volvería llorando a ella. Pero eso, estaba dentro del anexo de
“imposible”. Aunque quisiera volver con él, la habían educado
para ser una mujer fuerte, independiente del sexo masculino y como
siempre había creído: en el amor no hay segundas oportunidades. Y
en ese momento, sus palabras le pesaban mucho, y aún así, se
quedaba pegada, como si algo fuera a ocurrir.
Después de haber pasado todo, quizás
debía haber pasado página después de todo. Porque a veces hay
cosas que es mejor no conocer. A veces la ignorancia es el mejor
remedio para el dolor. O al menos, eso era en su caso. Un remedio.
La lluvia había dominado sobre el sol
durante toda la mañana. El cielo nublado, la humedad en el ambiente
y el frío la acompañaban fuera a donde fuera. Por primera vez, el
invierno no le pareció tan romántico, después de todo, no tenía a
alguien para abrazar y pegarse. Y aunque, sus amigas se mostraban
dispuesta a consolarla y a fingir ser él, nadie podía remplazar a
Len y mucho menos a Miku. Porque, por extraño que fuera ella había
desaparecido de su mapa personal. Era extraño pensar que su mejor
amiga hubiera desaparecido de su vida al mismo tiempo que su amor.
Quería pensar que estaba demasiado ocupada con su dolor, para hablar
con ella, pero su sentido común le avisaba que tanto Gumi como Luka,
a pesar de estar tan ocupada como ella, siempre estaban dispuestas
para ir a beber o bailar. En cambio, la presencia de su amiga había
desaparecido, tanto de su vista como de su corazón.
- Esto, ¿tan desconectada he estado?-
preguntó una tarde, cuando habían salido a beber después del
trabajo.
- ¿Ah?¿Por qué preguntas eso?- la miró
desconcertada Gumi, mientras se echaba para atrás su pelo verde y
enarcaba una ceja.- Estás aquí ¿no?- sonrió.
- ¿Eh? Ah claro, pero… me refiero
antes. Ya sabes… - murmuró incómoda- en mi “periodo oscuro”-
remarco lo último entre comillas algo avergonzada.
Tanto Gumi como Luka se miraron
extrañadas, pero tan sólo fue la pelirosa que decidió romper el
silencio para hablar con su amiga.
- Si Miku no te ha hablado, será porque
no tiene tiempo ¿no? - agregó respondiendo a la pregunta silenciosa
de Rin.- No es tu culpa ¿vale?
Después de esa pequeña charla, las tres
decidieron ir a la pista de baile y darlo todo. Cuando el reloj marcó
las dos de la mañana, Rin estaba muy ebria para poder ir sola a
casa, por lo que una menos borracha Luka la acompaño andando.
Durante el recorrido se encontraron a una cara conocida, pero Rin
estaba demasiado borracha para enterarse de quien era o con quien
estaba. A todo eso, la amiga fulminó a la pareja a un metro de
distancia y siguió caminando para intentar evitar un momento
incómodo con una alcoholica en ciernes.
A la mañana siguiente, recibió un
mensaje de Miku, comentándole que había salido con Len y esperando
que eso no le importara. Eso, fue tema de conversación durante toda
la semana para las tres amiga. Una Rin un tanto dolida afirmaba que
no le importaba, que eran amigos después de todo y eso, no iba a
cambiar por mucho que hubiera un divorcio entre los dos. Después de
todo, su relación de amistad no había cambiado nada cuando los dos
comenzaron a salir.
- O eso pensaste tú.- murmuró Luka, en
la hora de comida.
- ¿Qué?- ella le miró extrañada.- ¿Qué
quieres decir con eso?.
- Yo no soy quien para decirte nada Rin,
pero… no todo iba bien.
En ese momento, las alarmas dormidas
durante años comenzaron a resonar con fuerza en su cabeza. Sentía
que le iba a reventar el cerebro, pero simplemente no podía cerrar
los ojos y esperar a que todo acabara. Algo dentro de su pecho
comenzó a armarse, sintiendo que había detalles que había
intentado olvidar por pura confianza y amistad.
Quería seguir hurgando en su corazón,
pero la jefa entró en el despacho y las mandó a trabajar
nuevamente. Arregañadientes guardó su curiosidad en un cajón y
comenzó nuevamente a hacer lo que debía hacer.
Ya entrada la noche, con Luka en casa y
pasando unos informes extras ocurrió aquello que en cierto modo las
dos habían estado esperando. Ella abrió su móvil y en la foto de
perfil del chat había una foto de Miku y Len muy amorosos. En ese
momento, algo dentro del pecho de ella se rompió.
La fantasía había acabado y tan sólo
quedaba recoger la cenizas de lo que una fogosa llama iba a comenzar
a hacer.
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