El Castillo Oscuro: 5. Emigración (Final)

¡Hola!
Aquí estoy yo con el último capítulo de esta historia corta.
Espero que te haya gustado tanto como a mi (y a Mia) escribirla.
Si te interesa leerla desde el principio tan sólo ve aquí y te encontrarás con el indice de todas las historias.

Sin más, les dejo el capítulo y espero que disfrutes de la próxima historia, que la comenzará mi adorada Mia.





5. Emigración:

La adaptación a su nueva naturaleza le costó bastante, sobre todo controlar todas las sensaciones más marcadas que tenía. Tiempo atrás pensaba que jamás le guardaría rencor a su familia ni a la gente del pueblo, pero con su nueva condición no podía dejar de pensar en ellos, lo felices que vivían preparando a una otra chica a pasar lo mismo que ella. Aunque la realidad fuera diferente, no podía permitir que más jóvenes tontas e indefensas se vieran en la obligación de pasar por lo que pasó. En cierto modo se alegró de haber salido de aquella aldea, sino habría terminado casada con cualquier hombre que sus padres le hubieran entregado, al menos con Michael se sentía amada y protegida. Nadie podía negar que aquel ser la amara con locura y devoción. Mucho más de lo que nadie humano podría hacer. Era feliz al lado de ese vampiro, posesivo, celoso y controlador. Aunque tuviera esas características tan antigua, le daba libertad para salir del castillo, de visitar la aldea y traumatizar a las niñas pequeñas fingiendo ser un fantasma, más de una vez atemorizó a sus padres y al gobernador. Quería hacer algo para que las ofrendas acabaran, necesitaba que la gente pensara de otra forma y la única opción que tenía era volver fingiendo ser humana, pero para conseguir aquello antes tendría que controlar su sed.


El mes de control le pasó tan lento que sentía que vivía una agonía. No soportaba estar más de cuatro horas sin hincarle el diente a su pareja. Tampoco podía concentrarse en hacer nada, mientras Rose paseaba divertida por la casa. Oía su corazón latir vigoroso, muchas veces se le hacía la boca agua y los colmillos le salían si ella quererlo. Cuando ocurría eso, Michael le solía dar una nalgada para que los ocultaras, otras simplemente le besaba y se olvidaba del hambre y tan sólo la poseía la pasión. Su nueva condición era una maravilla, porque disfrutaba del sexo como nunca antes lo hubiera pensado, sentía que era invencible y sumamente atractiva. Aunque eso último cada hombre de la mansión se lo recordaba a diario entre risas.

Cuando se vio con fuerzas de marchar a la aldea sin asesinar a nadie, Michael le acompañó. Ambos vestían ropas de gala, con aspecto superior y una sonrisa de prepotencia que molestaría a cualquiera. Quizás en otra circunstancia jamás se hubiera sentido capaz de hacerlo, pero siendo vampira era como si cualquier humano fuera insignificante, incluso aquellas personas que antes le causaban respeto. Presentarse delante de su padre, cogida del brazo de Michael y ver su rostro sorprendido fue un placer, al igual de escuchar todos los comentarios de la gente.


- No será necesario entregarme más tributos. - habló Michael mientras bebía de su café como si fuera un manjar exquisito. Ella para sus adentros se rió, porque recordaba lo mucho que odiaba aquel sabor.- Todas las jóvenes anteriores ahora viven en otros lugares...- tanto al padre de Kaysa como al alcalde le entregó una hoja con las direcciones.- Por vuestro bien, os recomiendo que no vayáis a visitarlas, sus maridos seguramente querrán mataros... como las mismas ganas que tengo yo.- soltó eso con una sonrisa amable y tranquila.


Los dos hombres que le observaran se alejaron de él temerosos, con la voz floja aceptaron su sugerencia y juraron que jamás lo volverían hacer. Después de que Kaysa se despidiera de su familia por segunda vez, se marcharon a su mansión con una buena sensación, pero hasta que el invierno siguiente no llegó y vieron que ninguna joven volvía a aparecer decidieron que era le momento de cambiar de página y de rumbos de sus vidas. Ordenaron a todo el servicio que se quedaran en la mansión, que la cuidaran y vivieran tranquilamente hasta que ellos volvieran, posiblemente lo harían cuando la siguiente generación de sus criados naciera, pero eso ellos ya lo sabían. Por lo que sin mirar atrás y con una emoción nueva marcharon de la mansión dispuestos a hacer una vida que los dos habían decidido y que nadie les había obligado.

Comentarios

  1. ¡y SE ACABÓ! :) Veremos que se me ocurre para el próximo jojojo

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    1. ¡Jojo! Tengo ganas de ver que se te pasa por la cabeza. :D

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