El Castillo Oscuro: 2. Descubriendo la verdad

¡Hola,hola caracolas! ¡Aquí me toca hacer el segundo capi de esta historia! ¿Qué le deparará el futuro a Kaysa?  ¡Sigue leyendo y descúbrelo!





Espero que os guste






2. Descubriendo la verdad:


-¿Tienes miedo,Kaysa? -Dijo aquel hombre con los ojos llenos de burla.- Estás temblando.

-No. -Dijo tan rotunda que incluso Michael se sorprendió. -Sé a lo que he venido,señor. Si tiemblo es porque fuera hacia frío y estaba comenzando a nevar.

-¿No me tienes miedo? -Su expresión denotaba la sorpresa.-¿Porqué no? ¿Quieres morir? ¿Tan mal te ha tratado la vida? -Dijo con interés.

-No,señor. He sido muy feliz,pero conozco mi cometido. Ahora soy su ofrenda y puede hacer conmigo lo que quiera. -Dijo seria.

- Entonces... ¿Eres mía? ¿Para lo que yo quiera? -La voz retumbó en toda la sala.

Kaysa no contestó. Se estremeció. Y Michael la miraba con interés y algo enfadado. Nadie jamás le había llevado la contraria. ¿Cómo se atrevía aquella mujer a rebelarse contra él? ¿Porqué no le tenía miedo? Normalmente,las muchachas no conseguían articular palabra y se desmayaban. Y él acababa mandándolas con un carruaje,lejos de esas familias que las regalaban a alguien que ni siquiera conocían. Ninguna familia sabía la suerte que corrían las chicas. Sin embargo,no había ninguna muerta,todas estaban felices,fuera de palacio y con maridos que las adoraban y las veneraban. Eran excelentes esposas. Michael odiaba a esas familias que mandaban a esas pobres muchachas asustadas,pero esta mujer,necesitaba un escarmiento. No la iba a soltar. Acababa de darse cuenta de que podía ser muy interesante tenerla en palacio. Y no entendía porque defendía a su familia,cuando la habían echado para vivir ellos. La habían mandado a una condena a muerte y a Kaysa parecía no importarle.

-Si,señor. Soy suya para lo que usted quiera. -Dijo mirándole sin ningún temor.

-Entonces,mujer... Sígueme. -La llevó a un cuarto que parecía de cuento de hadas.

Por fuera,el palacio era horrible,pero por dentro,era el sueño de cualquier persona. La chimenea estaba encendida y el calor que el fuego emanaba inundaba la estancia. Olía a vainilla y había flores por la cama. ¿De verdad aquel hombre era tan malo? Al mirarle,se daba cuenta de que había algo de él que la dejaba intranquila,pero a la vez,no le parecía malo. No pensaba que aquel hombre fuese a matarla.

-Vendrán a avisarte para la cena. Date un baño,seguro que el viaje no ha sido agradable hasta aquí.- Levantó la mano y le quitó una hoja que tenía enmarañada en el pelo.

-Si,señor. -Dijo ella mirándole con interés. -Como usted quiera. -Le dio la espalda. Necesitaba estar sola y comprender que acababa de pasar.

Michael se marchó de la habitación bastante confuso. ¿Qué mujer le habían mandado? Normalmente le enviaban jovencitas aterradas y esta no tenía miedo. Parecía tan tranquila... Y eso le molestaba. Le molestaba profundamente. ¿Era ella tal vez,la mujer que había estado esperando toda su vida? Estaba cansado de estar solo,pero no pensaba que una muchacha de tan solo dieciocho años fuese a cambiar nada. Sin embargo,ella... Era distinta.

Kaysa se metió en el baño. Había una bañera enorme,el agua aun soltaba vapor,parecía recién preparada. En ese momento,entró una mujer regordeta y con cara amable. Le sonrió,pero sin decir una palabra,la ayudó a bañarse y a vestirse. Después la guió hacia un salón,no era enorme,más bien era un sitio acogedor. Y ahí estaba él,esperándola expectante. Mirándola cual león a punto de saltar sobre su presa...