Katherine: 1. Tumblr

Original
En proceso.
Es una historia original. Si quieren ponerla en otro lugar dar créditos.
KATHERINE
Prólogo:
Si
alguien le hubiera dicho, que su vida iba a estar reflejada en una
pantalla. Posiblemente se hubiera puesto a reír. Sabía que no tenia
una vida de cuento, pero no tan impactante para que se escenificara.
Tampoco se consideraba alguien excesivamente egoísta y protagónica,
por eso, verse idealizada como un personaje ficticio le hacía
sentirse extrañamente inquieta... porque después de todo, no había
autorizado que nadie contara su historia por ella.
-
Tumblr:
Esa
mañana al abandonar su casa, tuvo la sensación que se le olvidaba
algo. Miró su bolso para comprobar si llevaba todo. Y al ver que
todo lo necesario estaba, intentó recordar si ese día debía hacer
algo en especial, pero por mucho que pensara no había nada lo
suficientemente importante para causarle aquello. Buscó en
su bolso los cascos, los enchufó al móvil y dejó que una agradable
melodía inundara su teléfono y le ayudara a olvidar aquella extraña
inquietud.
Medio
ida por sus pensamientos sin sentidos llegó hasta la parada del bus,
espero tranquilamente hasta que el número 14 apareció delante de
ella. Subió y rezó en su interior no encontrarse a nadie. No tenía
ganas de hablar con nadie. Tan sólo quería perderse en sus
pensamientos y olvidar aquello que tenía que recordar. Miró dentro
del bus hasta encontrar un asiento vacío, se sentó y apoyó la
cabeza en el cristal. A medida que el vehículo se comenzaba a mover,
y el paisaje matutino iba pasando tras de ella, la música de sus
oídos se volvía cada vez más melancólica. Fue tanto la emoción,
que sintió como los ojos se le llenaban de lágrimas y una extraña
amargura le oprimía el pecho. Cuando se quiso dar cuenta, delante de
sus ojos se acercaba el cartel de ese lugar. El corazón le dio un
vuelco en el pecho y la sensación de que se había olvidado de algo,
la volvió a invadir.
La
Universidad estaba atestada de personas, parecía como si ese día
todo el mundo hubiera decidido no faltar a clase. Camino por los
pasillos intentando no rozar a nadie y pasar desapercibida hasta
llegar a su clase. Abrió la puerta y la calefacción al máximo le
golpeó en la cara, haciendo que volviera mínimamente a la realidad
y que su angustia desconocida tomara un segundo plano. Tomo una gran
bocanada de aire y entró, sonrió a algunos compañeros y tomo
asiento al lado de la ventana. Medio dormida sacó su portátil de
color verde, el cargador y el ratón, se sentó y mientras esperaba a
que se iniciara comenzó a charlar con una chica: Alexandra era su
mejor amiga. Habían estado juntas desde el instituto y desde ese
momento nunca se habían separado. Era una chica atractiva, de largos
cabellos negro azabache, piel tostada, ojos medio rasgados y labios
de piñón. De altura media y constitución pequeña. Si debían
compararse, Alexandra era la típica Italian del interior, mientras
que ella pasaría más por una Alemana de montaña. Nunca se había
considerado fea, a decir verdad, siempre había opinado que era
agradable. Media melena de color miel, piel blanca, ojos grandes y
almendrados. De constitución grande y estatura media. Ni muy gorda,
ni muy delgada. A ella le gustaba pensar que era la musa de Rubens.
Siempre que miraba sus cuadros pensaba que, perfectamente podría
haber sido una de las tres Gracias de sus cuadros. Pero
lamentablemente, tan sólo era una estudiante de último año de
enfermería.
-
¡Katherine!- escucha su nombre resonar en sus oídos- ¿Me estás
escuchando?- quiso saber Alexandra al ver que estaba mirándola con
aspecto perdido.
-
¿Eh? ¡Ah! - dio un pequeño salto en la silla y le miró- ¡Perdón
Alex! No te estaba escuchando, me fui al mundo de yupie...- se excuso
con cara apenada. Su amiga soltó un bufido molesta y le dio un golpe
suave en la frente.- ¡Ay!
-
Te preguntaba si sabes dónde quieres ir a hacer las prácticas...-
volvió a repetir ella con voz cansada.
Nuevamente
esa extraña sensación le volvió a cubrir el cuerpo. Sentía que
tenía una especie de vacío en el estómago y que cada vez éste se
iba haciendo más grande. Pero no lo notaba hasta que se expandía y
le hacia estremecerse. Tembló y se abrazó para intentar recuperar
el calor que en esa milésima de segundo había perdido. Tragó
saliva y se esforzó en prestar atención en la pregunta de
Alexandra. Debía contestarle o se pasaría toda la hora con una
insistente amiga sobre ella. Ese día se sentía demasiado rara para
ser sociable y eso que lo era.
Miró
la pantalla de su portátil fingiendo que pensaba, y mientras abría
el word pensó algún hospital que le gustara, para calmar las dudas
de su amiga.
-
La Rotger...- murmuró sin pensar. Y una vez más el agujero se
ensanchó por todo su estómago. Gimió y se llevó la mano a la
boca. ¿Qué me está pasando?
Pensó para sus adentros asustada.
-
¿La Rotger? Vaya, hacía tiempo que no mencionabas a esa clínica. -
escuchó como decía su amiga, aunque realmente la voz parecía estar
mucho más lejos de lo que realmente estaba.
Antes
de que pudieran seguir hablando, la puerta se abrió y un hombre de
cabello cano, barrigón y con expresión dormida entró. La clase iba
a empezar. Katherine para sus adentros suspiró. Necesitaba un poco
de tiempo para pensar y analizar aquello que le estaba pasando.
Necesitaba encontrar una explicación científica a lo que sentía,
al malestar físico que tenía. Y precisamente esa clase era la mejor
de todas para hacerlo. El Señor Bonin,era el típico profesor con
voz suave y grave, como el ronroneo de un gato. En el momento que
abrió la boca ella ya se encontraba dentro de sus cavilaciones,
aunque su mano automáticamente se movía por la pantalla, buscando
los lugares que solía frecuentar en la red.
Abrió
el Facebook, el Gmail y por último el Tumblr. Al primero tan sólo
lo miró por encima. No tenía muchas ganas de leer la vida medio
privada de la gente. En el Gmail al comprobar que solo tenía los
correos antiguos, lo cerró tan pronto como lo abrió y por último,
abrió el Tumblr. En el momento que su dedo índice hizo clic en la
aplicación, el vacío volvió a crecer en su estómago,
expandiéndose hasta su pecho. No regresó a la realidad, hasta que
vio esa imagen... Una chica de largos cabellos miel, piel blanca y
mejillas sonrojadas, apoyada sobre el hombro de un hombre alto, de
constitución fuerte y delgado, de cabello castaño y barba de pocos
días. La imagen en sí no era nada del otro mundo. Había visto
cientos así, imitando una romántica escena. Al igual que los dos
protagonistas de éstas no eran especialmente atractivos. Normales.
Lo que le llamó la atención, lo que le hizo ser arrancada de su
ensoñación fue aquella frase que ponía abajo..
“ Me
basta con estar así... No necesito nada más”
Al
terminar de leerla, una fría sensación le cubrió el cuerpo y su
cerebro comenzó a funcionar muy rápido, marchando atrás en el
tiempo. Un momento de su vida que había querido olvidar... o más
bien, que le habían hecho olvidar.
¡Oh, pero qué interesante! Me ha quedado con la duda qué le pasa a la prota y lo que intenta olvidar owo
ResponderEliminarVoy a seguir leyendo.
Bye!